LA BIOGRAFÍA DE LA SEMANA



Vuelven las reseñas sobre la vida y obra de los que hicieron, hacen y seguirán haciendo de la salsa, el género patrimonio de Barranquilla. Ahora en el 2011, nuestra sección se llamará "La Biografía de la Semana" y en nuestra primera edición del año, aprovechamos el éxito de Henry Fiol en la ciudad con su éxito "Zúmbale" para presentar una semblanza muy completa de este sonero con alma de pintor nacido en Nueva York, más exactamente en Manhattan, el condado donde "perro come perro y por un peso te matan".


HENRY FIOL
"El único blanco que canta como negro"

Cortesía de Herencia Latina.com
Titulación y Edición de BARRANQUILLA ES SALSA

Henry Fiol nació el 16 de enero de 1947 en Manhattan, New York, EE.UU., hijo de padre puertorriqueño, nativo de Ponce, y madre italo-americana, hija de inmigrantes italianos de Calabria nacida en Nueva York, donde se conocieron y vivieron toda la vida. Henry Fiol, es un pintor del sonido y el color, de su rica paleta musical emergieron algunos de los más atractivos álbumes latinos que salieron en Nueva York en los finales de los 70s e inicios de los 80s.

A los catorce años, siendo un entusiasta de los ritmos modernos como el doo-wop, se convirtió a la música latina después de ver y escuchar los grupos de moda como la banda de Rafael Cortijo con Ismael Rivera, mientras visitaba a su familia en Puerto Rico. La locura por las charangas en la primera mitad de los años 60s inspiró a Fiol para aprender de manera autodidacta la flauta. Con el auge de los metales a mediados de los 60s, fue atraído al sonido puro del conjunto cubano de trompetas que era el de Johnny Pacheco, en ese tiempo de la matecerización, y que buscó en las grabaciones originales de los conjuntos cubanos como la propia Sonora Matancera, Félix Chapottín, Arsenio Rodríguez y otros. Su escuela musical fue la calle, donde aprendió y adquirió sus habilidades como cantante y conguero participando con su voz y la percusión en las sesiones de descargas, llamadas rumbones, las cuales a menudo se formaban en las calles de los barrios latinos, en las playas o en los parques. 

La investigación de Fiol en las raíces musicales cubanas lo llevó a una fascinación con el formato del son que lo impulsó a crear su propia adaptación en Nueva York.  En la formación de su fino y extasiado estilo vocal, se empapó de la influencia de los grandes soneros cubanos como Abelardo Barroso, Cheo Marquetti, Benny Moré, Joseito Fernández y Miguelito Cuní. “La nostalgia, sin embargo, –expresó Fiol en 1990– nunca ha sido mi objetivo. Yo he tratado de quedarme cerca de las raíces rítmicas, mientras agrego, al mismo tiempo, un toque contemporáneo a las letras y los arreglos. Si yo tuviera que etiquetar o categorizar mi sonido, yo realmente no lo llamaría ‘Salsa’. Probablemente lo llamaría ‘Montuno’, ‘Típico’, ‘Son Moderno’, o como algunos lo han llamado ‘Música del Corazón’”– de las notas de la recopilación de “Sonero”.

Sus inicios

De niño Fiol ambicionaba ser un pintor. Después de la graduación en estudios de Bellas Artes en el Hunter College de Nueva York, empezó una carrera en educación en 1968 y empezó a trabajar como maestro de arte para niños en las escuelas católicas. Pero se desilusionó del mercado del arte, más exactamente, de las galerías y el personal elitista que, según él, las domina. Considerándose más una persona del barrio, no se sentía cómodo en aquel ambiente, así que se decidió por la música y por ahí se encaminó hasta el presente; él ha participado consecuentemente con las obras de arte para la mayoría de sus grabaciones, pintando las ilustraciones de las carátulas para muchas de ellas.  En 1978 ganó el premio de la revista Latin New York como “Mejor carátula del año” por su pintura en la portada de su primer LP con Saoco, “Siempre Seré Guajiro”. 

Inicialmente, se vinculó a un conjunto de músicos que se presentaba en los hoteles judíos de las montañas Catskills. Era el único latino del grupo, los demás eran judíos, italianos, o de otras nacionalidades. Como el repertorio era en inglés, Fiol tocaba la conga, un día le dijeron: “Cántate algo en español”, y así por accidente empezó a cantar. Era un grupo que se llamaba La Placa, una imitación del Quinteto La Playa con una guitarra eléctrica, una trompeta, el bajo, la conga y los timbales.

Entre 1969 – 74, Fiol tocó las congas y cantó en los coros con varias bandas, incluyendo la Orquesta Capri (con ella perfeccionó su aprendizaje a un nivel más profesional; era un conjunto en el estilo del son cubano que se identificaba con su manera de expresarse en la música), la Orquesta Broadway y la Orquesta Típica New York. Precisamente, hizo su primera grabación con esta última orquesta, vocalización una composición suya “Cundy Macundy” incluida en el álbum “Mike Pérez y su Orquesta. Típica New York”. Además de Mike Pérez (director, violinista, arreglista y compositor), el álbum también participaron el flautista cubano Don Gonzalo Fernández (quién también escribió dos arreglos y coprodujo el disco con Pérez), el percusionista Oswaldo “Chi Hua Hua” Martínez y el pianista Mike Martínez.

Nace el Conjunto Saoco

En 1974, fundó junto con el bajista y tresista William Millán el Conjunto Saoco, compuesto por jóvenes músicos estructurado por tres trompetas, sección rítmica, vocalista líder y coros. El grupo adoptó un sonido típico cubano, pero en lugar de simplemente imitar, los progresivos y creativos arreglos de Henry Fiol y Millán, infundieron las estructuras cubanas tradicionales con frescura y una percepción inevitablemente urbana.

En 1976, el debut del Conjunto Saoco en el sello Mericana Records, “Siempre Seré Guajiro”, fue producido entre Henry Fiol, William Millán y  Al Santiago. Los éxito del álbum que produjeron: las melodías “Lejos del Batey” y “Yo No Como Camarón” (ambas escritas por Fiol, quien compuso otros tres temas y co-escribió uno con el pianista Ray Santiago), llevaron a la agrupación a presentarse en el Madison Square Garden, como una de las bandas más exitosas del año.  Este mismo año, Henry Fiol interpretó como vocalista líder cinco canciones escritas por él mismo, en el siguiente álbum de Saoco titulado “Macho Mumba”, en la etiqueta Salsoul Records, una subsidiaria de Mericana; mientras que Rafy Puente proporcionó la vocalización en los tres temas restantes del álbum, aunque no le dieron los respectivos créditos.

Henry Fiol se separó inesperadamente de Saoco y la banda continuó bajo el nombre de William Millán y su Saoco Original, con la madura voz de Ray Ramos y José Luis Ayala compartiendo el liderazgo vocal. La banda emitió posteriormente tres álbumes entre 1978 y 1981: “Curare”, “Papa Montero” y “El Quinto”.

Etapa como Solista

Entretanto, en 1979, Fiol hizo su debut como solista con el álbum “Fe, Esperanza y Caridad”, en el recién formado sello SAR Records (dedicado a funcionar con el sonido típico cubano), con el que rompió records de venta, y el cual el co-fundador del sello, Roberto Torres, realizó y produjo. En este álbum y el siguiente de 1981, “El Secreto”, fue respaldado por un conjunto de dos trompetas y excelentes músicos, incluyendo al trompetista Alfredo “Chocolate” Armenteros, al pianista Alfredo Valdés Jr., al percusionista Johnny “Dandy” Rodríguez, al tresista Charlie Rodríguez, al timbalero Mario “Papaíto” Muñoz Salazar, entre otros. Todos ellos pertenecientes a la Sar All Stars, dirigidas por Roberto Torres quien hace la percusión menor en los dos discos. En 1982, Fiol organizó su propio conjunto con una línea de una trompeta y un saxofón tenor, conga, bongo, güiro, bajo acústico, piano, tres y voces (su vocalización más coros). “Mi decisión para cambiar a la combinación de trompeta y saxofón tenor estaba basada en años de escuchar el jazz”, explicó Fiol en 1986. Grabó su último álbum para la casa SAR en 1983, que él mismo produjo titulado “La Ley De La Jungla”, con su conjunto, y así terminó su vínculo con este sello musical.

Una nueva etapa con sello propio

En 1983, Fiol formó su propia empresa disquera Corazón Records y llamó a su nueva agrupación Conjunto Corazón, comenzando otra etapa en su vida musical. Entre 1983 y 1986, rodeado de algunas personas que quisieron cerrarle las puertas de su ideología musical, emitió tres importantes álbumes en su propia etiqueta Corazón, titulados: “Corazón”, “Colorao y Negro” y “Juega Billar”, confirmando sus grandes dotes de un fiel intérprete del sonido típico cubano. En 1988, ante la decadencia del boom de la salsa se ve obligado disolver su grupo y a tomar la decisión de cerrar Corazón Records. Trabajó, entonces, en un concepto de lenguaje en Inglés “salsa-pop” con la visión de conectarse con un importante sello, pero: “algunas Compañías Americanas encontraron el sonido muy latino”, explicó Fiol en 1988, “y hay muchas actitudes negativas y prejuicios aquí (en los EE.UU.) con respecto a algo ‘Latino’ o ‘Hispano’”. De modo que el proyecto abortó.

Henry Fiol firmó con la etiqueta El Abuelo Records a finales de 1988 y lanzó el elepé “Renacimiento” (“Rebirth”) al año siguiente (1989). En el álbum, Fiol y su hijo invidente de 16 años, Orlando, crearon una mezcla idiosincrásica del sonido típico cubano con nueva tecnología musical. Aparte de las dos trompetas y el saxofón tenor todo el disco fue realizado, arreglado y producido por el dúo padre-hijo (Fiol: como vocalista, coros y percusión; Orlando: piano, sintetizador y coros). El talentoso Orlando, quien ganó el Premio Itzak Perlman en 1988 en los Estados Unidos por su virtuosidad en la ejecución del piano clásico, tocó todo el bajo, parte del tres y otros efectos en el sintetizador.

En 1990, David Barton con Trevor Herman de la etiqueta Earthworks del Reino Unido compilaron el críticamente aclamado “Sonero”, el que fue una selección de algunos de los mejores temas de Fiol de sus tres álbumes en el sello Corazón. “En un mundo justo, Fiol vendería mil copias de ‘Sonero’ por cada una del último trabajo de Rubén Blades (para no mencionar a Gloria Estefan de Miami Sound Machine) eso llega consumido”, escribió Norman Weinstein en la revista americana The Beat en 1991. Fiol, quien había estado usando grupos “recogidos” para sus apariciones en vivo, reestructuró su banda en 1992 (con una línea de dos trompetas y saxofón tenor) y los llevó al estudio para grabar el álbum “Creativo”, de donde se desprende el éxito tardío "Zúmbale". Orlando Fiol, quien inició estudiando música en la Universidad Columbia en 1990, apareció en el álbum actuando como director musical y compartiendo la producción y los trabajos de los arreglos con su padre. Un socio de Henry de mucho tiempo, Russell “Skee” Farnsworth, llevó a cabo la tarea de trascripción. Farnsworth, quien trabajó con Ricardo “Richie” Ray en los 60s y con Pedro Rafael Chaparro en los 70s, colaboró con los arreglos y trascripciones en la mayoría de los álbumes como solista de Fiol, y se desempeñó como tal en ambos trabajos de Fiol en 1983, haciendo gala de un singular sentido del sabor del sonido típico cubano. Henry Fiol ha recorrido Colombia –donde goza de buena popularidad–, Venezuela, Ecuador, Curaçao, República Dominicana, México, Canadá, Suiza, Italia y España. Es preciso anotar que en 1994, grabó en Medellín, Colombia, el elepé “El Don Del Son” y en esta ocasión, Fiol da la cara y no ilustra la portada con sus pinturas, “porque con la llegada del disco compacto ya no vale la pena, se pierde el trabajo, son muy pequeñas las portadas”, dijo en una entrevista en Caracas en julio de 1998.

En los fines del 2002, un nuevo álbum titulado “Guapería” fue grabado y producido por Henry Fiol por su propia empresa, Corazón Producciones. Esta nueva grabación consiste de siete composiciones originales de Fiol y tres adaptaciones de viejos temas cubanos, y en la opinión de algunos de los conocedores de salsa que han oído una muestra, puede ser una de sus mejores obras hasta la fecha.

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