LA BIOGRAFÍA DE LA SEMANA

Seguimos de cerca a los grandes protagonistas de la escena musical antillana. En esta ocasión les presentamos, en un formato diferente, la vida musical de uno de los músicos más reconocidos y estimados en la ciudad de Barranquilla. 


En una entrevista entregada al barranquillero Israel Sánchez, en el año 2005, Joey Pastrana contó todo sobre su vida y obra musical. El por qué de su retiro y su posterior regreso a la música, el 'paquete de contratos' en Nueva York, una pequeña semblanza de los cantantes que pasaron por su orquesta, dónde y con quién vive, y más sobre este gran artista puertorriqueño.


JOEY PASTRANA

Cortesía de Herencia Latina.com
Titulación y Edición de BARRANQUILLA ES SALSA


Israel Sánchez-Coll: ¿Dónde nació Joey Pastrana?


Joey Pastrana: Yo nací el 22 de agosto de 1942, en Santurce, Puerto Rico. Cuando tenía cuatro años, mi familia se trasladó para Nueva York, porque mi padre era marino mercante. En Nueva York me crié en el Barrio, en la 110, y allí vivimos como 10 años. Después nos mudamos para el Bronx. Pero fue en las calles del Barrio donde se manifestaron mis inquietudes musicales; tocaba los timbales y la conga. En la casa de un primo, en el Bronx, había un sótano. Allí él tenía un piano y nos reuníamos a tocar. Cerca de mi casa vivía Joe Quijano —era mi vecino—, y tenía un pequeño negocio donde vendía discos. El nombre de mi padre era José P. Pastrana y el nombre de mi madre Julia Santos.

Israel: ¿Ambos eran de Puerto Rico?

Joey: Sí, ambos habían nacido en Santurce. 

Israel: ¿Cuál es su nombre completo?

Joey: José Luis Pastrana Santos.

Israel: ¿Donde se origina lo de Joey?

Joey: Fue en la escuela, me americanizaron el nombre, me llamaban Joseph Louis Pastrana, entonces todos los compañeros comenzaron a llamarme Joey.

Israel: O sea, que el Joey se generó en la escuela y por lo tanto no fue durante su carrera musical.

Joey: Correcto.

Israel: ¿Quiénes influyeron en su formación musical?

Joey: Mis primeras influencias fueron de Tito Puente, Daniel Santos —quien era primo de mi mamá—, Bobby Valentín, Charlie y Eddie Palmieri; hay muchos, pero sus nombres se me escapan.

Israel: ¿Quién lo impulsó a escoger los timbales?

Joey: Realmente yo me inicié estudiando batería. Asistía a la escuela del maestro Gene Krupa, quien fue una de las figuras gigantes del jazz; él se destacó ejecutando la batería en la orquesta de Benny Goodman, además trabajó con Lionel Hampton, Teddy Wilson, Charlie Ventura, entre otros. Krupa tenía una escuela en “Mid Manhattan”, y allí empecé a leer música.

Como no tenía carro, me resultaba engorroso andar con la batería en el tren; de hecho, nosotros a veces terminábamos de practicar a las 3 de la mañana, y a esa hora nos tocaba buscar un tren. Imagínate este problema de andar con todo el juego completo de la batería por el subway. A veces pedía a mis amigos y familiares que me prestaran un carro. La verdad es que fue un sacrificio bastante extenuante, lo que me obligó a meditar, y tomar otras alternativas.

Me decidí por el bongó y la campana, y me integré a un conjunto pequeño que tenía Bobby Valentín, con quien toqué ambos instrumentos —Bobby estaba tocando el bajo con Tito Rodríguez. El timbalero del grupo de Bobby Valentín abandona el grupo, entonces él me llama y me ofreció el puesto —grabamos juntos el álbum Ritmo Pa' Goza' El Mensajero, en 1965. Yo también le escribí dos números a Bobby Valentín: Qué Pollito (a continuación el maestro tararea su pieza: “Yo tengo un pollo que quiere bailar”), y un número en mambo jazz que se llama The Gate —ambos números están en el álbum de Bobby Valentín, Young Man With A Horn, en referencia al Village Gate. En ese sitio los lunes tocaban las mejores bandas latinas, y lo estaba administrando Simphony Sid. Por eso es que está en mambo jazz, ya que en el Village Gate se estaba tocando mucho mambo-jazz. 

Posteriormente, Bobby Valentín reclutó al hijo de Federico Paganí, Papi Pagani —a Papi Pagani lo había expulsado Tito Rodríguez de su orquesta al enterarse que Pagani consumía sustancias controladas. Entonces Bobby Valentín se queda con Papi Pagani. Cuando voy a ensayar Bobby Valentín, me dijo: “Joey, ya no te voy a necesitar, porque ya tengo un nuevo timbalero”. Entonces yo le pregunto: “¿Quién es el timbalero?”, y él me dice: “Tengo el timbalero de Tito Rodríguez”. Pero Bobby no me dio ninguna excusa. 

Esa semana yo empiezo a escribir y componer en mi casa, y oyendo la radio me entero que están necesitando orquestas para grabar. Llamé a Simphony Sid para que me ayudara, y él me dio el número de un muchacho, el cual me ayudó a hacer los arreglos musicales, y en dos semanas ya estaba listo para grabar. Me fui con mi banda a un negocio —mira como son las cosas, la barra era de la esposa de Federico Pagani—, y allí había un cuarto para practicar. El negocio estaba localizado en la 138 con Williams Avenue. Entonces llamé a George Goldner, productor de COTIQUE RECORDS, para que nos oyera. Toqué un número nada más y él paró la banda, y me dice: “¿Cuándo estás listo para el estudio?” Un tanto sorprendido le dije: “Pero si has oído un sólo número”, y él me respondió: “A mí no me importa. ¿Cuándo estás listo?” Como respuesta a su insistencia, le respondí: “Bueno, para la semana que viene”. Y así fue que grabé mi primer álbum, Let’s Ball, Let’s Ball, Let’s Ball.

Israel: ¿Por qué en ese álbum le cambiaron el apellido de Pastrana por Pastrano?

Joey: ¡Ah! Ese fue un error de George Goldner, lo que pasa es que la COTIQUE quería sacar rápido el álbum y bajo esa presión cometieron el error. Y salió así, le dieron un acento italiano al apellido pero en los subsiguientes álbumes corrigieron el error. No obstante, la culpa fue de COTIQUE RECORDS y de George Goldner.

Israel: ¿Quiénes integraron esa primera banda?

Joey: La comencé con la ayuda de dos músicos de Joe Quijano —el trompetista y el bajista—, mi hermano Willie Pastrana en las congas, yo en los timbales, y me encontré un chamaquito que se iniciaba en la música con Andy Harlow, el hermano de Larry Harlow, que se llama Ismael Miranda. Mi primer álbum fue un éxito bien grande. Después Ismael Miranda se fue con Larry Harlow, porque nuestra banda no tenía trabajo.

Israel: Ismael Miranda ha indicado que usted lo reclutó luego de verlo en un toque que desarrollaba la banda de Andy Harlow, en un baile del club El Dorado, y dentro del público se encontraba usted.

Joey: Sí, la información es correcta. Yo estaba buscando un cantante y él estaba tocando con el hermano de Larry Harlow. Como esta banda no tenía muchos contratos, lo invité a grabar unos números con mi orquesta, le enseñé los números y en una semana nos metimos en el estudio y grabamos ese álbum.

Israel: Allí está su número clásico: Rumbón Melón

Joey: Sí, allí está Rumbón Melón. Yo lo empecé a escribir, y sabía cómo era que iba a funcionar la cosa, ya que lo números que le había escrito a Bobby Valentín fueron bien recibidos por el público; de está manera sabía por dónde iba la cosa. Luego esperé tres meses para que se convirtiera en un éxito. Entonces, como no aparecía trabajo, Ismael se fue. George Goldner me llama y comenzamos a discutir una nueva grabación. “Vamos a grabar otra vez, porque el segundo álbum va a demorar un poco más que el primero, para posesionarse como éxito”, me dijo Goldner.

Grabamos el segundo álbum que se llama: JOEY. Allí estaba cantando “Chombo”, a quien conocí en Nueva York. Él estaba en los coros de mi primer álbum; cuando fuimos a grabar el segundo álbum, yo no tenía cantante. Entonces él se metió enseguida a hacer la primera voz, era bien bravo.

Israel: ¿Cuál es el nombre completo?

Joey: José “Chombo” Rodríguez.

Israel: ¿Él fue su segundo cantante?

Joey: Sí, sí. Con “Chombo”, el álbum también salió chévere. Para 1967 ambos álbumes estaban en todos los magazines, compitiendo en el primer lugar.

Israel: Usted fue un director innovador, colocó dos voces femeninas en los coros de su orquesta, creando así una nueva textura y fisonomía en el estilo de su música, en efecto, cuando en su época la mayoría de conjuntos y sextetos tendían a ser conservadores. Coméntenos como materializó esa idea.

Joey: Ellas fueron Sonia Rivera y Becky Rivera; tienen el mismo apellido, pero no son hermanas.

Israel: ¿Dónde las conoció?

Joey: Sonia Rivera fue la esposa de mi hermano Willie Pastrana. No obstante, diez años antes de ser mi cuñada, la conocí cantando con un grupo pequeño de música norteamericana. A Becky ya la conocía de mi niñez, siempre fuimos buenos amigos. Ambas son puertorriqueñas.

Israel: ¿Aún viven?

Joey: Sí, sí. 

Israel: ¿Viven en Nueva York?

Joey: Yo creo Becky vive en la Florida y Sonia vive en Nueva York, con sus tres hijas; creo que canta con una banda de música rock.

Israel: ¿Por qué la inquietud de reclutar voces femeninas?

Joey: Yo tomé la idea de Tito Rodríguez; él tenía una muchacha cantando en el coro de su orquesta. En efecto, un día estaba tocando Tito Rodríguez en el Palladium, y yo me encontraba entre los espectadores. Entonces comencé a apreciar cómo se escuchaba la muchacha cuando se integraba al coro; sentí cuán diferente se oía ese coro, y me dije: “Qué chévere se escucha eso. Yo voy a poner dos muchachas delante de la banda para que hagan el show.” Y eso fue lo que hice: puse a las muchachas a bailar y hacer los coros junto a Willie. El sonido me salió como a la banda de Cortijo.

Israel: Fíjese que el New Swing Sextet colocó a las hermanas y la esposa de George Rodríguez, su vibrafonista.

Joey: El New Swing Sextet lo tomó de mí (Joey ríe). Yo salí con esa idea para 1967, y para ese momento eran muy pocos los grupos —tanto pequeños como grandes— que tenían mujeres en los coros. Cuando yo salí con las muchachas, muchas agrupaciones validaron mi propuesta.

Israel: La orquesta se oía muy bien, era muy contagiosa. Para los sesenta y setenta, las orquestas eran bien machistas, había pocas mujeres en los coros.

Joey: Exacto. El público asistía a mis presentaciones para corroborar que mi orquesta tenía muchachas en los coros, ya que a veces la voz de Willie tendía a destacarse más.

Israel: ¿Qué fue el boogaloo para su generación?

Joey: En ese tiempo todos los muchachos querían bailar boogaloo, los jóvenes querían oír sólo boogaloo. La juventud estaba subiendo y no dominaba los bailes del mambo y el cha chachá. En efecto, no podían bailar de manera bonita y elegante como lo hacían las personas adultas. Cuando salió el boogaloo, la juventud le cogió el gusto y fueron ellos los que sirvieron de catalizador para que el movimiento subiera como espuma. No fueron los viejos; los viejos estaban molestos, y a veces decían: “Caramba, otro boogaloo; virgen, cuándo se va acabar”. Las bandas que estaban tocando antes que nosotros, o sea los veteranos, no les gustaban montar discos a ritmo de boogaloo.

Israel: ¿Es cierto que Johnny Colón lo apoyó para que grabará con COTIQUE?

Joey: Yo fui quien le escribió un número a Johnny Colón. Cuando salió mi primer álbum, muchos se volvieron locos con el boogaloo. Johnny Colón hacía los boogaloo diferentes a los que hacía yo; él solo pegó un disco con ritmo de boogaloo, y fue Boogaloo Blues. Boogaloo Blues lo escribió Johnny Colón, pero quien le puso la letra fue Tito Ramos; Johnny está en ese álbum tocando el piano. El arreglo original de ese número se hizo a ritmo de guajira, y entonces George Goldner, el director de COTIQUE, le dijo: “Cambia ese número y ponle letra americana, porque eso es lo que quieren los muchachos ahora”. Tito Ramos se encargó de escribirle la letra y Johnny modificó los arreglos. Ese número no era bailable como lo fue el boogaloo de verdad, pero cayó bien al público.

El boogaloo de verdad, el bailable, fue el que compuso Pete Rodríguez, con su pieza I like it like that. Pero Pete se alejó de la música, ya que a él le gustaba más la guajira y los mambos. No obstante, quien le componía y le realizaba los arreglos musicales fue Tony Pabón, su trompetista. Para I like it like that, colocaron a las esposas e hijos pequeños de Tony Pabón y Pete Rodríguez a hacer coros.

Israel: ¿El boogaloo fue una música negra?

Joey: Eso salió del Barrio, de los negros y los boricuas. Ambos frecuentábamos la misma escuela, el mismo vecindario, y así fue la cosa. Los hijos de los latinos les gustaban la música americana y a los negros les gustaba la música latina —así interactuaron.

Israel: ¿Es cierto que José Curbelo bloqueó muchos contratos bailables a las bandas que estaban ascendiendo con el boogaloo?

Joey: Sí, es cierto. Como el boogaloo estaba tan caliente, los músicos veteranos se pusieron celosos, debido a que sus nombres ya no se estaban destacando como en años anteriores. Ocurrió el caso en que Tito Puente estaba contratado con los sextetos que tocaban boogaloo y él solicitaba estar en primera fila en los carteles y atrás de él estaba Joe Cuba. Pero resultaba que Joe Cuba tenía cinco temas pegados en la radio y Tito Puente no tenía nada. Y ahí fue que comenzó la lucha, todas las bandas juveniles estaban vendiendo discos y ellos —los músicos viejos— no estaban vendiendo nada. Pero, en los bailes, ellos querían acapararlos con sus nombres. Se molestaron tanto que comenzaron a pregonar que “el boogaloo no servía para nada, que no era nada”, pero la realidad era que la gente quería bailar boogaloo y posteriormente la salsa. Yo grababa tres temas de boogaloo, pero también metía mis salsitas.

Israel: El Shingaling

Joey: Fue un estilo de baile. El movimiento de las parejas era diferente; el boogaloo se bailaba para un lado y el shingaling se bailaba para otro lado, pero era con la misma música. El Shingaling lo introdujeron también los negros americanos.

Israel: Usted recibió un premio para 1968, de la revista Latin New Yok, por su tema “Riky Chi”. Se lo dio George Goldner por sus ventas. ¿Qué nos puede comentar de su primer premio?

Joey: Ese fue un disco de oro que me dieron. Para ese tiempo se sacaba al mercado un disquito pequeño de 45 r.p.m; después fue que sacaron el álbum. Entonces me dieron un disco de oro de 45 r.p.m por las ventas. También recuerdo que en el Palladium le dieron un disco de oro a Pérez Prado, y era del mismo tamaño del que me dieron a mí. El disco de oro tenía los nombres de mis primeras producciones: Riky Chi, Rumes, Rumbón Melón, La Guira y otros.

Israel: ¿Cuántas copias usted vendió de su primer disco?

Joey: De ese primer álbum no recuerdo; del segundo, JOEY, en sólo dos semanas se vendieron 40, 000 unidades en Nueva York y Puerto Rico. Pero ahora, el primero es el que más se está vendiendo, y a pesar de eso nunca he visto un centavo, para que veas como son las cosas.

Israel: Su tercer álbum

Joey: El tercer álbum creo es Joey en Puerto Rico.

Israel: ¿Joey en Carnaval es su cuarto ó quinto álbum?

Joey: Joey en Carnaval creo que es el quinto; ese lo produje yo, porque George Goldner había muerto, y me tocó hacer todas las cosas a mí.

Israel: Ese álbum está hoy disponible en CD; de verdad que es maravilloso. Tiene temas tan interesantes, como: Joey’s Thing, Chacaboo, Aguacero y My Girl. Joey’s Thing es mi favorito ¡Que precioso es!

Joey: Yo lo llamé Joey’s Thing , ya que era tanto el corre-corre para grabar el LP, que se me trastocó el nombre original. Cuando terminamos de grabar ese corte, me preguntaron: “¿Cómo se llama número?”. Yo no sabía qué responderle, y entonces les dije: “Joey’s Thing”.

Israel: ¿Es de su autoría?

Joey: Sí, sí, ese número es mío; yo lo escribí como lo quería y lo sentía, que es lo más importante.

Israel: Su hermano Willie Pastrana lo acompaña en ese álbum.

Joey: Mi hermano me acompañó como en seis álbumes. Luego regresó con Joe Quijano, ya que la orquesta de Quijano estaba viajando mucho al exterior. Yo también quería salir a tocar a Venezuela y Panamá, pero realmente mis sueños se cumplieron cuando grabé El Diferente, con Chivirico Dávila. Con este álbum sonando en la radio, e incitando a mis fanáticos de los países de América Latina, fuimos a Panamá y Venezuela. Partimos de Nueva York en un tour de más de tres semana; fuimos a Los Ángeles, Florida, Panamá, Venezuela, a la isla de Saint Thomas, Puerto Rico y regresamos a Nueva York.

Israel: ¿Cómo le fue en Venezuela?

Joey: Bueno, en ese tiempo no estaba tan pegado, como lo estuve posteriormente. En Venezuela se oían más las orquestas locales, pero los venezolanos estaban ya escuchando lo que se estaba realizando en Nueva York. 

Israel: ¿Quién compuso My Girl?

Joey: Eso es mío, de mi autoría. Los temas que se cantan en inglés en mis álbumes son de mi autoría.

Israel: ¿Cómo reclutó a Carlos Santos?

Joey: ¡Oh, Carlos Santos! ¡Muchacho! Cuando Chombo se fue para Puerto Rico, mi orquesta estaba tocando mucho en Puerto Rico. A Chombo le encantó Puerto Rico y me dijo: “Yo no vuelvo más para Nueva York, yo me quedo en Puerto Rico”.

Entonces regresé sin cantante a Nueva York, y buscando y buscando, di con Carlos Santos. Carlos Santos estaba bien joven y no tenía voz, pero soneaba. El primer LP que realicé con él creo que es Joey en Puerto Rico. Luego el muchacho cogió voz, y ya para el segundo LP mejoró mucho, muchísimo; fíjate como cantó en el Chaca Ca Boom.

Israel: El "Chaca Ca Boom" es un tema como de respuesta a sus contrarios por un ataque a su banda.

Joey: La gente decía que yo no tocaba nada, porque en lo bailes no descargaba mucho. El público quería bailar y yo tocaba para que la gente bailara. Entonces se presentaban unos cuantos chamaquitos que querían tocar los timbales, o sea, que yo se los prestara para tocar o ver a Joey descargar. Yo les decía: “Antes del último número les presto los timbales”. 

Con respecto a estos sucesos, yo escribí: “La gente quería Chaca ca boom, boom”, que son los golpes del timbal. Ese disco lo escribí yo para que no jodieran más, para que no hablaran tanta mierda (risas) y salió un número grande.

Israel: Ese tema fue un himno en varios países de América Latina.

Joey: Me alegro, me emociona. Yo hice cinco LP después de pertenecer a COTIQUE RECORDS; hice, entre otros, el Godfather, que es el mismo titulo de la película, la cual estaba en cartelera para dicha ocasión.

Te voy a comentar una anécdota. Tito Rodríguez estaba vivo para la grabación, y entonces él me llamó en el estudio y me dice: “Joey, me comentaron que tú estás grabando el tema del Godfather”. Yo le respondí: “Sí, Tito, el tema ya está grabado, y estoy terminando el álbum con estos dos números para sacarlo a la calle”. Y me dice en un tono de desencanto: “Ah, yo también lo estoy grabando”. Respondí: “¿Eh? ¡Ahhh, diablo!” (risas). Yo sabía que Tito lo iba a hacer en grande; Tito era una persona que sus cosas las hacía en grande. Tito era buena gente conmigo; siempre nos juntábamos en los bailes.

Otra cosa importante es que yo salgo en el álbum imitando el póster de la película y el tema está de primero. Tito Rodríguez lo que sacó en la portada de su álbum fue su cara y la versión del Godfather la puso al final de su álbum. Ese álbum creo que lo hizo con Louie Ramírez.

Israel: ¿En qué sitios de Nueva York la banda de Joey Pastrana ganó fama y se hizo popular?

Joey: En el Corso; ese lugar era mi casa. Eran tres días a la semana, luego dos días en Brooklyn. Trabajaba todos los días a la semana, todos los siete días de la semana, en el Tropicana. En el Tropicana del Bronx, allí fue donde cogió fama Ricky Ricardo (Desi Arnaz), el personaje del programa “I Love Lucy”, producido por su esposa Lucille Ball. Ricky Ricardo —así le llamaban en el programa— tocaba en Manhattan en un sitio que se llamaba La Conga, y también en el Tropicana. El Tropicana estaba en el Bronx y fue tan famoso como El Palladium. Este lugar estaba decorado como el programa “I Love Lucy”.

Israel: Desi Arnaz interpretó Babalú de Miguelito Valdés y El Cumbanchero de Rafael Hernández, con los que intentó fusionar el ritmo de Machito con la melodía de André Kostelanetz.

Joey: Imitaba a Miguelito Valdés. ¿Sabes que Miguelito era amigo mío? Yo me encontré con Miguelito Valdés en Puerto Rico; él me reconoció antes que yo lo reconociera a él. Estaba parado en la fila de la Unión (Sindicato), y me dice: “¿Tú eres Joey Pastrana?”, y yo le digo: “Miguelito”. 

Luego de la unión, salimos a comer a un restaurante de chinos cubanos. En ese restaurante encontramos a Johnny Pacheco, Bobby Valentín y Vicentino Valdés. En la comida sucedió algo bien cómico; estábamos comiendo y trajeron el arroz, la carne, y la ensalada y Miguelito comenzó a rebuscar en el arroz. Y, de pronto, le dice al mesero: “Oye, ¿dónde están las habichuelas?” Y todos comenzamos a reírnos de él como cinco minutos, porque él hablaba como cantaba. De ese encuentro fuimos amigos por cuatro años, hasta que murió. A veces mi hermano Willie le decía: “Hola, Ricky Ricardo”, y él le respondía: “No me llames así; yo soy Miguelito Valdés”. Se molestaba. (Joey Pastrana ríe)

Israel: ¿Te gustaron los ritmos cubanos?

Joey: Los ritmos cubanos siempre se escucharon en mi casa, mi padre era fanático de ellos. Por ejemplo: la Sonora Matancera, Pérez Prado —cuando tocaba latino, porque después se americanizó—, Casino La Playa, La Riverside, entre otros.

Israel: O sea que escuchaste mucha guaracha, mambo, cha chachá y charanga.

Joey: La Charanga salió para el tiempo mío, como para el año 1966 ó 1967. O sea, todo el mundo comenzó a bailar charanga en Nueva York. Pacheco se coló con la charanga. Pacheco era buen amigo mío; a él le gustaba mucho la música que yo hacía, pero tenía un defecto: no le gustaba el boogaloo. Él quería que yo grabara con el sello FANIA. Entonces yo le dije que ellos [el sello FANIA] estaban apartados del boogaloo. Además, que yo tocaba boogaloo, pero también tocaba salsa. Yo grababa varios ritmos para tener una alternativa para cuando se agotara un estilo. Muchas de las bandas que hicieron boogaloo tenían un defecto: sabían tocar muy bien los boogaloo, pero cuando llegó la salsa, pocos sabían tocar salsa —estaban fuera de la clave. Los números eran fatales. Muchas de las bandas de boogaloo solo grababan un álbum y ahí se quedaban.

Israel: ¿Recuerdas cuáles eran esas bandas?

Joey: Eran muchas bandas; no puedo decir los nombres.

Israel: ¿Usted es amigo de Joe Bataan?

Joey: Ese es mi pana. Joe Bataan era otro de los que no tocaban mucha música latina; tocaba más sus números americanos y después te ponía de último un cha chachá. Con Joe Bataan tocamos en muchos bailes, ya que él tenía “caliente” un número que se llamaba Gipsy Woman. Johnny Colón empezó a tocar salsa, pero como que se fue cayendo. Johnny grabó como tres álbumes, luego se dedicó a la docencia, a enseñarles a los muchachos jóvenes música, y allí se quedó.

Israel: Johnny ha expresado que muchos empresarios que manejaban a los músicos y bandas de la generación del mambo, los bloquearon y no les daban la oportunidad para trabajar, o sea, para que tocaran en los bailes. Esos empresarios eran José Curbelo y Ralph Mercado. Johnny expresó en una entrevista que Herencia Latina publicó, que existió una conspiración contra el boogaloo.

Joey: Sí eso existió, ellos (los empresarios) bloquearon a muchas bandas, pero yo no me dejé caer porque grababa mi salsa. Además, cuando el boogaloo comenzó a decaer, quien apagó el boogaloo fue La FANIA.

Israel: Correcto. Entonces, ¿por qué usted no entró a la FANIA ALL STARS?

Joey: Porque la FANIA se molestó conmigo, ya que me negué a entrar. “Ahora me quieren, pero yo no quiero ir”, les dije, (risas).

Israel: Ah, usted no quiso juntarse con ellos.

Joey: No, no, había muchos engreídos. Yo me fui con el sello PARNASO, que venía de Argentina. Ellos comenzaron a grabar aquí con varias bandas, y entonces, ellos hablaron conmigo y me expresaron que querían grabar orquestas que tocaran salsa, y les grabé dos álbumes: A Comer y The Godfather. A mi hermano también le grabaron dos álbumes.

Israel: Joey, a pesar que usted siguió por otros caminos distintos a los de FANIA, ¿ellos te acapararon trabajo en Nueva York?

Joey: No, yo seguí trabajando; a mí no me molestó tanto, porque en la radio tocaban mis discos. Por ejemplo, Malambo fue un tema que se escuchó mucho y se vendió aquí en Nueva York y en Puerto Rico. Pero [Jerry] Masucci era bien malo, porque bloqueaba la música de otras orquestas en la radio. Polito Vega era mi vecino; yo le daba mis discos y me decía: “Joey, yo los voy a colocar, pero esta gente [Masucci y FANIA] se pueden molestar conmigo”. FANIA lo tenía velándolo (vigilándolo) para “joderlo”, pero me tocó The Godfather y como dos más.

Israel: Pero la gente no demandó a la FANIA en los tribunales por bloquear la música

Joey: Ellos tenían a mucha gente comprada, nadie decía nada. El sello Parnaso le reclamó a muchos discjockeys sobre ese problema, pero ellos argumentaban que tenían mucha música para tocar. Entonces mi música se tocaba en Venezuela, Argentina, Panamá, Colombia, pero en Nueva York no se oía casi nada.

Israel: ¿Cómo fue su relación con Ricardo Ray?

Joey: Yo estaba grabando en el sello FONSECA, e hice un álbum barato, o sea, a bajo costo, y allí estaban Ricardo Ray, Bobby Cruz y Chivirico Dávila. Ellos tenían a Chivirico cantando, porque Bobby Cruz no podía cantar tal como lo quería Ricardo Ray. Fue poco después que Bobby Cruz cogió el sabor de Chivírico y comenzó a cantar. 

Los retratos para nuestros álbumes los hicimos juntos. Luego fuimos muy buenos amigos.

Israel: Maestro, Herencia Latina publicó una entrevista que le realizaron a Chivirico Dávila en Cali, Colombia, y allí éste magnífico cantante expresó una frase que usted jamás ha oído, y es la siguiente: “Con Joey Pastrana conocí la gloria”. ¿Cómo reclutó a Chivirico Dávila para grabar el álbum The Real Thing - El Verdadero?

Joey: Yo conocí a Chivirico cuando estaba como cantante de la orquesta de Ricardo Ray. Entonces él rompió con Ricardo y creo que se fue para Chicago. Allí protagonizó un altercado bastante serio con su hijo, ya que le enamoró la esposa y se escapó con ella. El hijo lo andaba buscando para matarlo, y entonces Chivirico, presionado por esa encrucijada, regresó a Nueva York.

Yo estaba tocando una noche en un sitio, creo que era El Corso, cuando hicimos un alto y me fui con mis músicos a una habitación que tenían acondicionada para descansar. Hasta allí llegó Chivirico; se presentó envuelto en un abrigo que lo protegía contra el frío, ya que estábamos en invierno. Lo vi y le dije: “Bueno, Chivirico, ¿qué estas haciendo aquí? ¿dónde te habías metido”? Y me comentó del percance con su hijo. Entonces se quitó el abrigo, y lo que tenía puesto era una camiseta y una pijama (risas). “Estoy en un hotel aquí al lado, en la 86, y me tuve que venir de Chicago, porque mi hijo me va a matar”. Así me lo expresó, estaba asustado. 

Le comenté que tenía un trabajo para él, pero me expresó que no quería cantar más. Le dije: “Mira, Chivirico, házme este LP para mí; necesito un cantante y sólo tengo tres semanas para grabarlo”. “Bueno, está bien”, me respondió. Él necesitaba dinero, le di parte del dinero, y me puse escribir los discos que me faltaban: Pastrana Llegó —me lo cantó chévere, tal como yo lo quería. Su introducción es hermosa —The Real Thing y Campana. Este número se lo hice a la secretaria de Simphony Sid, que se llama Juana; ella es una excelente persona, de raíces latinas y jamaiquinas. Para el Show de Simphony que tenía en la radio, le hice el tema. No obstante, el primer tema se lo hizo Tito Puente (Joey empieza a entonar el tema del Show de Simphony, compuesto por Puente, que es en una tonada de mambo). Como a la media hora, Simphony colocaba el mío (Joey empieza a entonar el tema del Show de Simphony, que él le compuso; su tonada tiene más elementos africanos).

El álbum The Real Thing fue uno de los últimos que hice para COTIQUE RECORDS; el último fue Joey en Carnaval. Cuando muere George Goldner, quienes quedaron con el sello querían venderlo a FANIA RECORDS, y yo les dije: “Con FANIA no quiero grabar”. 

Israel: Maestro, ¿usted sólo contó con Chivirico para el álbum The Real Thing – El Verdadero, y luego cada uno tomó su camino?

Joey: Bueno, Chivirico ya no podía cantar más. Cuando lo llevaba a los bailes para que cantara, se le iba la voz en el primer “set”, ya para el segundo no cantaba. Él mismo me confesó: “Joey, yo no puedo más, men. Yo solo tengo que cantar dos números nada más”. Yo me lo llevé para Puerto Rico y por poco se me muere allá; con Chivirico también me llevé a Héctor Lavoe . . .

Israel: ¿O sea que usted también tuvo de invitado a Héctor Lavoe en su banda?

Joey: Sí, Willie Colón lo había botado. Yo conozco a Héctor Lavoe antes que empezara con Willie Colón; a ambos los conocí en la playa de Orchard Beach, en el Bronx. Tocaban juntos, uno con su trombón y el otro cantando y tocando maraca. Yo me divertía con ellos, estaban bien jovencitos.

Cuando Willie Colón lo despidió, yo le dije: “Héctor, la vas a pasar difícil”, y él me contestó relajando: “No, yo estoy firmado con FANIA; Willie no puede grabar sin mí y yo no puedo grabar con otra banda”. Entonces le propuse que me acompañara a Puerto Rico, y le expliqué que Chivirico Dávila no podía cantar por mucho tiempo porque su voz se agotaba, y él aceptó. Me lo llevé para que cantara en los coros. Cuando Chivirico no podía cantar, Héctor lo suplía, se sabía todos los números viejos míos.

Israel: ¿Estuvo en los coros y cantó con usted en Puerto Rico?

Joey: Cantó conmigo e hizo los coros. Cuando FANIA se enteró, se formó la grande y lo llamaron. Él también grabó conmigo en dos álbumes: A Comer y The Godfather, está en los coros.

Israel: ¿En que se inspiró usted para componer Malambo?

Joey: Malambo fue una pieza que compuse para los timbales (a continuación Joey canta: “Me gusta los timbales pa’ gozar bembé”). 

Israel: El número pegó en Puerto Rico y en muchos países de América Latina; se mantiene como un estándar y/o una pieza clásica en el movimiento conocido como salsa.

Joey: Si, gustó mucho en Puerto Rico —fue hecho para mis ancestros, para mis raíces. Hay muchos de mis discos que son clásicos como Riki Chi; yo recuerdo a todo el público cantando: “Riki Chi, oh no, no”.

Israel: Para el tiempo del Boogaloo, ¿qué bandas le gustaba?

Joey: Me gustaron Joe Cuba, Tony Pabón, Ricardo Ray —conocí al indio Cherokee, Doc Cheatam, cuando tocaba en el Metropol, con Gene Krupa. Ralfy Pagán, era un cantante interesante, pero se orientaba más a la onda americana. . .

Israel: ¿Usted conoció a King Nando?

Joey: Bendito, hay Dios mío, yo tengo historia de King Nando. Él vivía en la 109 y yo en la 110, y él siempre estaba tocando guitarra en la calle y cantando. Pero él pegó un disco en Nueva York, que se llama FORTUNA, era bien suave. Como para ese tiempo, salieron muchos números americanos suaves; él lo hizo así.

Israel: ¿Por qué para finales de los años ochenta, la orquesta de Joey Pastrana comienza a desaparecer del ambiente musical?

Joey: Fíjate que para 1993 me realizaron un homenaje. Me entregaron un trofeo por el tiempo y presencia que llevo en la música —en otras palabras, un premio por ser una leyenda en nuestra música latina. En esa premiación también homenajearon a Jimmy Sabater, Willie Torres, y a otros. Quien me entregó el trofeo fue una de las bailarinas de Tito Rodríguez; ella se quedó en el ambiente musical y organizó esa institución. Se llama Marlyn Winters; es judía americana.

Israel: ¿Y usted se alejó de la música poco después de ese premio?

Joey: No, actué en el Hotel Condado Plaza en San Juan Puerto Rico, un sábado de gloria de 1998 y algunas actuaciones esporádicas en Nueva York.

Lo que pasa es que me sentí saturado del ambiente musical, entendí que era necesario tomarme un descanso, además me sentía cansado de tocar. El clima de Nueva York me hizo daño y me mudé para la Florida. No obstante, tengo unos números montados para una agrupación pequeña aquí, en la Florida. Voy a hacer unas cositas para grabar, no para tocar en bailes —sólo deseo grabar.

Israel: ¿Cuando se integran nuevas corrientes en la música salsa, tal como la onda romántica, usted se alejó de esa moda?

Joey: La salsa romántica tiene sus cosas chéveres, pero lo mío es hacer música bailable, tocar duro, para que la gente la sienta. La salsa romántica generó algunos discos chéveres, pero yo no me moví hacia esa modalidad.

Israel: ¿Cuándo fue que se mudó definitivamente para la Florida?

Joey: Hace como dos años. Lo que pasó fue que me enfermé en Nueva York, me enfermé de asma. Trabajaba para la ciudad dándole mantenimiento a los parques, manejaba un carrito para cortar las gramas, y al parecer, la pelusa del pasto que expulsa el equipo me hizo daño. Estuve en la cama como seis meses con neumonía; todos mis compañeros y amigos me aconsejaban que la mejor opción era pedir el retiro por incapacidad y mudarme a un estado con un clima más benigno —por eso estoy aquí.

Israel: ¿Le gusta donde está viviendo?

Joey: Sí, está bien chévere el sitio. El clima de Fort Myers es igual al de Puerto Rico; todos los días estamos a 60 y 80 grados Fahrenheit de temperatura. Realizo ejercicio, compongo, escribo y llevo una vida suave —no fumo, ni bebo.

Israel: ¿Cuál es el álbum que más éxito económico le ha reportado su carrera musical?

Joey: Quien me ha reportado el mayor éxito comercial ha sido JOEY EN CARNAVAL, que contiene muchos números perfectos. Pero en cuestión de gustos y preferencias por alguno en particular, todos mis números salen bien librados, porque me gustan todos.

Israel: ¿Cómo se portó el sello COTIQUE con usted en términos económicos y respeto intelectual a su producción?

Joey: Ellos se portaron muy mal conmigo, nunca me soltaron un centavo más allá de las ventas que produje, no había incentivos ni respeto. Estoy buscando abogados para presentar un caso a los tribunales; han reproducido mis discos, los están vendiendo y yo no estoy recibiendo absolutamente nada. En tanto, ellos se están lucrando de nuestro trabajo intelectual, lo que implica una clara violación de los Derechos de Autor.

Israel: En una entrevista que Herencia Latina publicó con el New Swing Sextet, ellos se quejaron de la misma situación. Sus discos se están vendiendo y ellos no están recibiendo ninguna retribución económica, hechos que son lamentables para toda una generación que enriqueció nuestro arte latino.

Joey: En todas partes del mundo están vendiendo mis discos, por ejemplo, en Venezuela, Colombia, Nueva York, España, Inglaterra, Puerto Rico, Panamá y otros países. Y mientras tanto, ¿qué he recibido? Absolutamente nada, no he sido el único que COTIQUE engañó; son varias las agrupaciones que no le han dado nada, eso pasó con los Lebrón Brothers, Johnny Colón, New Swing Sextet, y muchos otros. Los empresarios de COTIQUE se enriquecieron y amasaron grandes fortunas con nuestra producción y nosotros fuimos engañados. No hay que perder de vista que todos los músicos envejecemos y necesitamos tener un soporte económico para hacer de nuestra vejez una etapa feliz y vivir con dignidad.

Israel: Joe Quijano me ha comentado que usted ha editado sus mayores éxitos para lanzarlos en un CD comercial, para poder cubrir sus gastos económicos. ¿Puede ampliar más está información?

Joey: Sí, sí, he hecho una reimpresión de todos mis éxitos comerciales en formato de CD; es una producción independiente, que me ha demandado un gasto económico. Todos lo números que aparecen ahí son de mi propiedad, los escribí yo, para que nadie me señale luego que son de su autoría. Todos son míos y están registrados como propiedad intelectual. Necesito un empresario que me ayude a diseñar una estrategia comercial, para que el producto llegue bien al público y a su vez se me retribuya las ganancias económicas que genere está producción.

Israel: Maestro, usted tiene una buena relación con Joe Quijano.

Joey: Ese es mi hermano, ese mi panita, lo conozco desde que yo llegué al Bronx. . .

Israel: ¿Sus bandas tocaron juntas?

Joey: Sí, varias veces nuestras bandas se cruzaron [se juntaron a tocar]. Descargamos juntos en el BRONX CASINO; en ese lugar hoy funciona una Iglesia. En el Bronx Casino tocaron entre otros: Puente, Tito Rodríguez, mi banda, Joe Quijano, los Palmieri y Johnny El Bravo López. Hay más, pero lo que pasa es que la mente a veces se vuelve débil.

Israel: ¿En la actualidad usted tiene nuevos proyectos, de su autoría, que piense grabar?

Joey: Si, pienso montar una bandita aquí y ponerme a trabajar.

Israel: ¿Cómo logró fundir en su banda ese sonido tan fuerte y “crudo” que caracterizó las bandas que surgieron en Nueva York a mediados de los años sesenta?

Joey: La verdad fue que en esa época todo el mundo en Nueva York quería bailar, y para poner a la gente a bailar, había que tocar duro y fuerte; sino lo hacías así, demostrabas que no tenías nada. Si en el Barrio iba a tocar una banda que no cumplía con esas características, te metías en un lío. Los comentarios que con más frecuencia se oían eran: “Esa banda no tiene nada” o “Esa banda es muy liviana”. Por eso te sentías con la necesidad de tocar con el diablo encima, con el diablo adentro (risas). Si estabas en un baile y no ponías al público a bailar, entonces tú banda estaba fatal.

Israel: Maestro, ¿cómo son sus relaciones con Ismael Miranda?

Joey: Antes de irme de Nueva York, yo hablé por teléfono con Ismael Miranda. Me dijo que estaba muy bien y que había subido de peso. No me lo puedo imaginar, pues a veces lo recuerdo “flaquito” en la foto de nuestro primer álbum, y ahora él dice que tiene la cara como “un balón”.

Israel: ¿Ismael ha vuelto a cantar con usted?

Joey: No. Sólo intervino en el primer álbum y luego se fue a cantar con Larry Harlow. Resulta que nosotros no teníamos trabajo, estábamos sin toque e Ismael le estaba huyendo al servicio militar, ya que lo tenían en la lista para enviarlo para Vietnam. Entonces Harlow tenía mucho trabajo y se lo llevó. Luego yo hablé con él y le dije: “Quédate con Larry, que ya conseguí cantante; tengo a Chombo”.

Israel: ¿José “Chombo” Rodríguez aún vive en Puerto Rico?

Joey: No. “Chombo” murió, me lo dijo Joe Quijano. Parece que murió de un ataque al corazón; Joe escuchó la noticia por radio. El chamaquito era buena gente, pero a veces era medio “tostao” (inquieto, loco)

Israel: ¿Qué sabe de la vida de su otro cantante, Carlos Santos?

Joey: Carlos Santos se mudó para Orlando; vive como a cuatro horas de Fort Myers.

Israel: Ah, usted tiene contacto con él.

Joey: Sí, él cuando está cerca de Fort Myers me llama. No sé dónde tengo su teléfono y, como me he mudado, probablemente él tenga mis números de teléfonos viejos. El número de su teléfono lo tiene mi hermanito.

Israel: ¿Willie (Pastrana)?

Joey: No, Tony. Yo tengo tres hermanos, Tony es el más pequeño.

Israel: ¿Qué hace Willie?

Joey: Willie vive en Nueva York y trabaja con la ciudad. Está preparando un CD con una orquesta que tiene; es un proyecto que piensa lanzar al mercado para el próximo año (2006). 

Israel: ¿Cuántos hijos tiene Joey Pastrana?

Joey: Tengo dos hijos: una muchacha y un nene.

Israel: ¿Usted ya es abuelo?

Joey: Sí, muchacho desde cuándo. Tengo una nieta que tiene 14 años.

Israel: ¿Sus hijos tienen afición por la música?

Joey: No, no. No me salieron músicos. Miguel toca un poquito la conga, pero no es músico.

Israel: ¿Vive con su esposa?

Joey: Yo me divorcié hace como cinco años, desde que me enfermé. Yo estoy sólo aquí; tengo unas cuantas “jevitas” que vienen a visitarme (risas), pero estoy aguantado —esos son compromisos que demandan gastos (risas).

Israel: ¿Ella fue cantante?

Joey: No, no. Ella me ayudaba en la confección y diseño de los álbumes; ella fue la que escribió las informaciones y notas que aparecían en la contracarátula de los álbumes. Ella se llama Dana Torres.

Israel: ¿Es puertorriqueña?

Joey: No, judía americana. 

Israel: Sí le piden organizar la banda de Joey Pastrana, ¿con qué músicos la organizaría?

Joey: ¿Ahora?

Israel: Sí, ahora.

Joey: Muchacho, ¿cómo crees que voy a organizar una nueva banda, si no sé en la actualidad dónde viven mis antiguos músicos?

Israel: Entonces, hagámosla imaginaria.

Joey: Pues vamos. Si yo organizara una banda imaginaria, tendría a Tito Rodríguez cantando; a Mongo Santamaría tocando las congas; a Chiky Pérez, quien era el bongosero de Tito Puente —él tocó en mi primer álbum—, en las trompetas a Puchy —quien siempre tocó conmigo—, a Angelo Rodríguez y Larry Spencer. En los trombones a Jack Hitchcok y Barry Rogers, en el bajo a Bobby Rodríguez —el bajista de Tito Puente.

Israel: ¿Sus bandas preferidas?

Joey: Mis mejores bandas son: Machito, Tito Rodríguez, Tito Puente —siempre he querido tener una banda grande, pero para ese tiempo era difícil conseguir trabajo para ese tipo de orquestación—, Pérez Prado, Charlie y Eddie Palmieri, Ricardo Ray, Joe Quijano y su Orquesta Cachana y Joe Cuba.

Israel: ¿Y orquestas cubanas?

Joey: Chapotín, Orquesta Casino La Playa, Orquesta Aragón, Fajardo y sus Estrellas —siempre tocaba con Fajardo en los bailes—, Lou Pérez… Me gusta Patato Valdés.

Te voy a relatar una anécdota que me sucedió con Patato. Yo estoy tocando congas en el Bronx con Patato y le digo: “Bueno, Patato, me tengo que ir porque ya son las 6:00 pm y mañana por la tarde salgo para California”. Y el me dice en su jeringonza (a continuación Joey imita a Patato): “Sí, bien chévere, te veo”. Al día siguiente nos montamos en el avión, voy a California, y empezamos a tocar en el sitio. Cuando de repente entra al sitio Patato Valdés, y le pregunto un tanto sorprendido: “¿A Dios, tú que haces aquí, Patato?” Y el me responde: “Yo te dije que venía para acá; lo que pasa es que tú no me entendiste”. A los dos días nos movemos para Florida a tocar, allá también se presenta Patato, y nuevamente le pregunto: “¿También aquí, Patato?”. Terminamos nuestras presentaciones y bailes y nos movemos para Puerto Rico; también hasta allá llegó Patato, ¿cómo te parece?

Israel: De las bandas puertorriqueñas, ¿cuál le gusta?

Joey: Cortijo e Ismael Rivera —estoy en una fotografía con Ismael Rivera, Rafael Cortijo, Kako, Santos Colón, Azuquita y yo —te la voy a enviar.

¿Sabes? Yo le escribí dos números a Cortijo: Aguacero y Oriza. Unas de las tantas veces que fui a Puerto Rico me encontré con Rafael Cortijo tocando sin Ismael, y le pregunté: ¿Qué pasó con Ismael? Y él me contestó: “Está en Panamá, escondido porque la policía lo está buscando”.

Cuando voy a Panamá, le pregunto a uno de los muchachos que fue a visitarnos: ¿Dónde está Ismael Rivera?, y él me dice: “Vente, que yo te llevo allá”. Me llevó a un hotel bien viejo; cuando entro al sitio, encuentro a una viejita cocinando y me dice: “Espérate un minuto”. Va a un cuarto y dice: “Mira, Ismael, aquí hay un amigo tuyo”. Cuando Ismael salió, me dio un abrazo que por poco me arranca la espalda. Le pregunté: “Ismael, ¿cómo estás?”, y me dijo: “Bien, muchacho”. Nos quedamos hablando toda la media noche. 

Regreso a Puerto Rico y fui a casa de Rafael Cortijo; le comenté que me había visto en Panamá con Ismael, y le señalé el lugar donde estaba escondido. Después que Ismael salió de ese “revolú” [desorden], me lo encuentro en el Bronx con la banda de él, y me dijo que quería verme en su grabación. Fui a la grabación, y allí estaba él cantando. Luego cuando terminó, nos quedamos conversando como cinco horas. Él me llamaba con el diminutivo de “Pastranita”.

Israel: ¿El apellido Pastrana es de Puerto Rico?

Joey: No hay muchos Pastrana en Puerto Rico.

Israel: Creo que hay más en Suramérica; en Colombia, por ejemplo, fueron elegidos dos presidentes de apellido Pastrana, y como una aparente “coincidencia”, el padre y el hijo (risas).

Joey: Y en Cuba hay muchos Pastrana. Me comentaron que el apellido Pastrana entró por las Antillas Mayores vía España – Cuba y de Cuba pasó a Puerto Rico. Otro comentario que me hicieron, fue que el apellido Pastrana estaba relacionado con la Realeza Española, ya que fueron los cocineros de los Reyes Católicos de España. No sé, a mi padre le gustaba cocinar y tengo varios tíos que les gusta la cocina. En Puerto Rico yo conocí un restaurante que se llama Pastrana; debe aún quedar en Santurce. Para que veas cómo son las cosas.

Israel: ¿En qué país latinoamericano ha disfrutado más su estadía?

Joey: A mí siempre me ha gustado Puerto Rico, porque a la gente le gusta mucho bailar, y además es mi isla. También me gustó el ambiente de Panamá. . . ¿Sabes que país me sorprendió? La isla de Saint Thomas. Yo no sé como al público de allí le gusta la música latina, si la mayoría de sus habitantes son de descendencia inglesa o de negros esclavos de las colonias inglesas.

Israel: Joey, en Saint Thomas se ha mudado muchas familias puertorriqueñas procedentes de Vieques. Además en Saint Thomas escuchan mucho las emisoras radiales de Puerto Rico.

Joey: Sí, eso también me lo comentaron, que en Saint Thomas se escucha mucho las emisoras de Puerto Rico. Quizás a eso se deba que me contrataron como tres veces para ir a Saint Thomas.

Israel: ¿Ha escuchado usted que en países europeos como Francia, Inglaterra, Italia y España, están escuchando sus viejas melodías?

Joey: Yo me he quedado sorprendido con esa noticia, y más que todo porque no he recibido ni un centavo de regalías (Joey ha comenzado a reír). Me tienen que enviar dinero por la música que yo escribí, la cual se toca en las emisoras y que se vende. La única compañía que me ha enviado dinero por regalías es BMI —yo estoy asociado con ellos desde que comencé a grabar. Ellos me envían cada tres meses una lista de las emisoras en todo el mundo donde tocan mis discos: de Japón, de Alemania, de España, de Argentina… Aquí tengo todos los nombres.

Israel: Actualmente usted sólo recibe la pensión del Seguro Social.

Joey: Exacto.

Israel: ¿Cuándo se retiran las muchachas del coro?

Joey: Ellas se retiraron cuando rompimos con COTIQUE RECORDS. La cosa se puso fea y ellas se fueron con grupos de música rock.

Israel: ¿Usted le compuso a Machito un Boogaloo? ¿Cómo es la historia?

Joey: Con Machito es una historia diferente. Cuando Machito terminó el contrato con su sello, su banda estaba sin trabajo, y entonces George Goldner me llamó y me dijo: “Voy a grabar a Machito, pero vamos hacer un boogaloo, porque Machito no tiene boogaloo”. Entonces yo le dije a George: “Vamos a ver qué me invento”.

Fui a casa, pensé y pensé, y recordé que tenía un número para mí, y me dije: “No, este número está perfecto para Machito”. Voy donde Mario Bauzá y le entregué el tema que se llama “Ahora Sí”. Le di la idea de cómo debía ser la melodía en ritmo de boogaloo.

También le escribí un tema a Graciela; el tema de ella se lo hice más a un tono de mambo. Entonces Mario le dice a Machito: “Coño, Machito, vamos, vamos”. Ese mismo día Mario tenía la música escrita para ambos temas en su papel. Me llamó y me dijo: “Joey, vente mañana para que oigas los temas”. Entonces le dije: “Carajo, ya los tienes listo”, y él me dijo: “Sí, sí”.

Al día siguiente, cuando fuimos al ensayo, empezó la música y me dije: “Eh, diablo, este hombre (Bauzá) está del carajo”. Machito y Graciela me pusieron en los arreglos de sus discos y salieron a la calle y de verdad que fueron unos éxitos totales, explotaron en todos los sitios de Nueva York. Recuerdo que Tito Puente se molestó conmigo, lo mismo que varias personas que componían para las bandas viejas. Se molestaron porque Machito salió con un boogaloo, y eso no me lo perdonaron. Pero realmente no eran boogaloo, eran guarachas pero cantados al estilo de Boogaloo.

Un día me encontré con el hijo de Machito, y me dijo: “Oye, Joey, yo te odio”, y yo le dije: “¿Por qué? ¿Yo qué te he hecho a ti?”. Entonces me responde: “Ese número que le escribiste a mi padre tiene a todo el mundo loco; adonde yo voy todo el mundo me dice: “Ahora Sí”.

Yo incluí el tema que le compuse a Machito en la reedición de todos mis éxitos.

Israel: Maestro, ¿quién le motivó a reimprimir ese CD?

Joey: Tina Roppe, una excelente mujer que me ha ayudado mucho aquí, en Fort Myers.

Israel: Gracias, maestro.

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